4 de septiembre de 2007

Una soldado del mar

Ahí está, con su palita clavada en la arena, acechante y guerrera... mira al horizonte mientras piensa.. "¿Uf, cuánta arena puedo coger? ¿Será suficiente para todo lo que tengo que construir? ¡Quiero mucha! Y.. ¿Dónde está el fin de esto que veo?" Y ahí clavada estuvo buena parte de una mañana, en Sesimbra (Portugal).
Sesimbra es uno de esos bellos pueblos mitad ciudad que tiene Portugal, ni demasiado grande ni demasiado pequeño. Con calles empedradas, pulidas de tanto uso(que si no pones cuidado, resbalas). Pueblos donde la gente está en la calle todo el día, trabajando, paseando, comprando en mercadillos o simplemetne mirando al mar.
Gentes con otro tempo, lugares donde el reloj no existe y tooodo se hace con calma, despacio.
Escondrijos donde la comida es exquisita y barata y el vinho verde acompaña una buena conversación (¿o mejor Sagres o SuperBock?).
Sitios donde, si cojes el coche para desplazarte hacia allí por puro placer, sin planificación alguna, simpre encontrarás un sitio donde dormir porque cualquiera te acompaña o te ofrece una solución.
Ah! Si no sabes portugués, tampoco importa, porque ellos sí saben español, tienen respeto por nuestro idioma y por el visitante que llega.
Saben ofrecer lo mejor a las pessoas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor.
José Espronceda.
Pero que cosa más salá!!!

Sesimbra... de aldea a villa, cuna de pescadores y olor a medievo.

Te lo merecias.

Anónimo dijo...

Y eso que no te has venido a nuestro rincón perdido más abajo de sines...

velvetinna dijo...

¿Y cuál es ese rincón perdido? Yo también estuve en Portugal, creo que la mitad del proyecto estuvimos por allí ;)